Ante la masiva manipulación informativa que, con motivo de la huelga legítima que estamos efectuando en defensa de lo pactado en nuestro Convenio Colectivo, los trabajadores de Metro nos dirigimos a los usuarios de este medio de transporte  y a los ciudadanos en general, pidiendo su comprensión ante estas  movilizaciones generadas por la provocación del gobierno de la Comunidad de Madrid, que quiere incumplir nuestro convenio colectivo.

Este Convenio fue firmado por la dirección de Metro y los sindicatos  el día 17 de junio de 2009, refrendado por todos los trabajadores de Metro y aprobado por la Comunidad de Madrid.

La lucha de los trabajadores de Metro está centrada, única y exclusivamente,  en que se respete la legalidad vigente.

En este país,  la negociación colectiva laboral está regulada por la Constitución española de 1978:

“ARTÍCULO 37.

1. La Ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios.”

Así ha sucedido en metro y ha sido escrupulosamente respetado por ambas partes hasta este momento.

La razón que aducen para “saltarse” nuestro convenio es la necesidad de un ahorro de 8 millones de euros en una empresa como ésta en que el despilfarro está a la orden del día en multitud de conceptos: creación de puestos directivos por amiguismo, obras faraónicas que no son necesarias, estaciones en descampados para posibles operaciones inmobiliarias, publicidad innecesaria de un servicio conocido de todos (sólo en esta partida tienen asignado un presupuesto de 10 millones de euros).

Los trabajadores de metro, ante este atraco a mano armada contra la negociación colectiva, llamamos a la comprensión y el apoyo de todos los  usuarios de este servicio de transporte, agradeciéndoselo de antemano y pidiendo disculpas por todas las molestias ocasionadas.

EL COMITÉ DE HUELGA DE METRO

LA HUELGA DE METRO NO AHOGA A MADRID

Publicado: julio 2, 2010 de panzer09 en Sin categoría

Todos nosotros (unos más y otros menos) sufrimos el lunes y el martes los efectos de la huelga del metro. La conurbación madrileña necesita de un transporte barato y masivo que permita a sus habitantes acudir allí donde es necesaria su fuerza de trabajo, o su capacidad de consumo, desde los lugares en los que se les ha asignado vivir en función de su renta, y gracias a la huelga de estos días ha demostrado una de sus debilidades.

La huelga de metro no afecta a todos por igual. La sufren los que dependen de éste para llegar a sus trabajos y volver a sus hogares. Pero los que de verdad “no la soportan” son los que nunca lo usan, aquellos para los que trabajan los que sí usan el metro y que ven resquebrajada su capacidad de imponer la disciplina a través de la exigencia de puntualidad (que siguen exigiendo de manera implacable estos días). Son los mismos que ven como la ventaja de utilizar su coche se ve reducida ante el desbordamiento de la capacidad de las calles para absorber la movilidad que el metro no abastece. Tampoco la soportan los que ven esta huelga como un presagio de nuevas movilizaciones ante posibles recortes económicos y sociales. Los que menos la soportan son aquellos que menos sufren la crisis gracias al esfuerzo de los que sí la están padeciendo.

Pero la huelga es más o menos importante, tiene un culpable u otro según la información que recibimos de ella. ¿Pero quién nos informa de la huelga? Nos informan unos medios de comunicación propiedad de empresas que han reducido al máximo sus plantillas y que mantienen sus informativos gracias a un ejército de becarios a la búsqueda de estabilidad laboral. Opinan sobre la huelga un reducido número de tertulianos, siempre asociados a algún grupo económico o a algún partido político. ¿De qué nos van a informar? Del caos, de la gente que no llega puntual (se refieren a los empleados, no a sus jefes), de las pérdidas (¿quiénes de ellos pierden?). Y cuando no pueden más llegan a exigir «disciplina», como si la ciudad fuese un cuartel y los ciudadanos una masa de soldados que marchan al paso a la orden de mando.

Esta huelga ocurre por dos causas básicas que si nos sucediesen a cualquiera de nosotros nos indignarían, por una bajada de salarios fruto de la interpretación unilateral del gobierno de Esperanza Aguirre de un decreto que no es de aplicación a la empresa del metro de Madrid, y por la fijación de unos servicios mínimos que buscan que la huelga no cause ninguna molestia a nadie.

Ninguna de las dos causas de la huelga es achacable a los trabajadores. Si existe alguna duda sobre la aplicación de un decreto, no puede hacerse perjudicando a la parte más débil. Y si se quieren establecer unos servicios mínimos habrá que demostrar que sin ellos es imposible el funcionamiento de la ciudad y Madrid sin metro pudo funcionar, nadie faltó a su trabajo, varios miles de personas acudieron al ver el partido del mundial al Bernabeu, la gente pudo comer y tuvo luz y agua. Probablemente podría haber habido un mejor funcionamiento si se hubiese realizado un autentico plan de movilidad alternativo, reduciendo el uso del vehículo privado, utilizando el máximo número posible de autobuses (que circularían sin problemas por calles en las que estaría restringido el paso de los vehículos privados), establecimiento de líneas de autobuses alternativas al metro, y tras el estudio y planificación de estas medidas la propuesta de, ahora sí, unos servicios mínimos.

Pero no nos engañemos, la estrategia de la Comunidad de Madrid no es asegurar la calidad de movilidad de los madrileños ni la de reducir su deuda o sus gastos, es la de ganar nuevos espacios para aplicar sus políticas neoliberales (en realidad neo-autoritarias), señalar como culpable a cualquier sector con capacidad de organización y presión, adoctrinar a la población sobre el peligro que supone que alguien ponga en duda su visión de un futuro sin organizaciones sindicales ni ciudadanos críticos. Un orden en el que unos quedan relegados a los subterráneos de la ciudad, en la oscuridad de los que no tienen acceso a los medios de comunicación, mientras que los otros pasean a la luz del sol exhibiendo sus brillantes automóviles, mientras sus voceros llenan las tertulias de las nuevas televisores que ellos mismos adjudicaron. Un mundo Feliz y sin estridencias, en el que uno puede pasar meses sin pisar el metro.

Agustín Hernández Aja
Madrid, 1 de julio de 2010

Cualquiera que se haya acercado en estos días a la huelga de metro a través de los medios de comunicación habra hecho una asociación clara. La huelga ha generado indignación popular y, por lo tanto, un fuerte rechazo a la huelga de metro. Este argumento, apoyado con una gran batería de opiniones, ha sido sustentado con encuestas sobre los daños que ha hecho la huelga a los usuarios y usuarias del Metro, tal y como han lanzado periódicos como El País o 20 Minutos. En definitiva,  se ha generado una imagen de consenso social contra la huelga. Sin embargo, poca gente se ha fijado que las encuestas directas sobre la huelga en el momento álgido de la misma, porque estas reflejan cualquier cosa menos un consenso.

Empezando por el impacto de este blog, en apenas dos días se han recibido más de 20.000 visitas y cientos de apoyos individuales y colectivos a la huelga, podemos asegurar que esta huelga no es el producto de la lucha entre los trabajadores del metro y la indignada ciudadanía, sino que una parte importante de esta ciudadanía apoya la huelga y se siente parte de la misma.

Incluso si vamos más allá y tomamos algunas encuestas publicadas en medios diversos podremos tomar algunas medidas. Por ejemplo, en la encuesta que RTVE lanzó en su web hace varios días vemos que los votantes afines a la huelga son 737, el 55% de los 1344 votos.  Y si tomamos la encuesta publicada por el diario Expansión con una participación de más de 13.000 votantes vemos que 7.218 votantes están a favor de la huelga, el 55,3%. Lo mismo sucede con otras encuestas lanzadas por KissFM u otros medios, donde el reparto es similar. ¿Dónde está el consenso contarrio a la huelga?¿Por qué reflejar sólo a la gente que está en contra de la huelga?

No se trata de creer a pies juntillas lo que dicen las encuestas, sino de ser capaces de entender que hay mucha gente que tiene razones para defender y apoyar esta huelga porque la sienten propia y porque ven que el atropello que están sufriendo los trabajadores y trabajadoras del Metro es un atropello que estamos viviendo todos. Esta otra realidad está ahí, no sale en las grandes pantallas ni se grita desde los voceros oficiales, pero si veis cualquier agujerito al que asomaros para verla no lo dudéis, asomaros, vale la pena.

Nuestro decálogo

Publicado: junio 30, 2010 de observatoriometropolitanomadrid en Sin categoría

Os recibimos con una sonrisa

Los usuarios y usuarias solidarias con la huelga del Metro entendemos que:

1. En la huelga del Metro nos sentimos reflejados todos los trabajadores y trabajadoras que hemos sido afectados por las medidas tomadas con la excusa de la crisis (bajada de salarios, merma de nuestros derechos, subida edad de jubilación, precariedad)

2. Nos sentimos solidarios porque estas medidas, que ahora afectan a los trabajadores del Metro, se nos imponen con la excusa de la escasez, cuando en estos años nunca han faltado miles de millones de euros para rescatar a los bancos, entidades financieras y grandes empresarios.

3. Porque los trabajadores del Metro están encarnando el lema «nosotros no pagaremos la crisis» en el que nos sentimos identificados.

4. Que el Metro ha sido la pieza fundamental para poner en valor el territorio de Madrid (el Metro nunca ha vivido de vender billetes, sino de recalificar suelo, donde llega una parada se construye un nuevo barrio) y que eso ha hecho multimillonarios a promotores inmobiliarios y constructoras.

5. Que al igual que esos grandes beneficios nunca se repartieron y se acumularon en grandes cuentas bancarias, patrimonios desmesurados y paraísos fiscales, tampoco hoy se puede pedir que los que menos tenemos seamos solidarios para salvar un sistema que nunca repartió sus riquezas a lo largo y ancho del mundo.

6. Que bajar los salarios en tiempos en el que las grandes fortunas no sólo no decaen sino que crecen, con la coartada de la crisis es un insulto a la inteligencia.

7. Que los trabajadores y trabajadoras del Metro tienen todo el derecho a ponerse en huelga general y que muchos trabajadores precarios miramos con envidia esta capacidad de lucha ¡ójala todos y todas pudiésemos plantarnos ante el jefe y decirle no, ya basta, no me bajarás el salario!

8. Que animamos a todos y todas los trabajadores precarios, a las trabajadoras domésticas, a los trabajadores de todas las partes del mundo que habitan Madrid y a los que menos tienen a que piensen en cómo unirse y luchar para que no nos quiten lo que es nuestro al grito :¡Nosotros no pagaremos vuestra crisis!

9. Que queremos apoyar esta huelga porque es una huelga que defiende los derechos de los trabajadores de Metro y defiende la dignidad de todos y todas.

10. Que esperamos que la fuerza, el coraje y la solidaridad que demuestran los trabajadores del Metro sea contagiosa, si es así…las recibiremos con una sonrisa.

Entrevista con un miembro del Comité de Huelga de Metro

Publicado: junio 30, 2010 de observatoriometropolitanomadrid en Noticias

CDM: Queríamos saber quiénes están convocad@s a la huelga y qué sindicatos están movilizándola…

Manuel: Estamos convocados los 76000 trabajadores del Metro de Madrid, afectados por el convenio colectivo de empresa que tenemos firmado. No hay más empresas convocadas ni más trabajadores, sino los que estamos afectados porque lo que está en juego es el convenio colectivo de Metro, firmado hace exactamente un año, para una vigencia de cuatro. Estamos todos (los cinco) los sindicatos en el comité de huelga, todos los sindicatos de metro, y de momento vamos todos en unidad.

CDM. ¿Cómo han sido los previos, estaban todos los sindicatos convencidos o ha habido dudas acerca de la necesidad de convocar una huelga contundente?

Manuel: Esto es bastante reciente, parte del 10 de junio, después de Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, que deciden adaptar el Real Decreto del Gobierno de Zapatero, que reduce los salarios, y adaptar a la Comunidad de Madrid el plan de ajuste, y deciden meter al metro de Madrid en el meollo. Es la única empresa de transporte de viajeros afectada por la reducción salarial y es la única empresa a la que se le pretende reventar el convenio colectivo propio. A partir de ahí comenzamos a movernos y, por supuesto, ha habido muchas dudas de distintos sindicatos y discusiones sobre movilizaciones… cuando todavía se hablaba de que el 29 de junio habría una huelga general. Nosotros, Solidaridad Obrera, lo que proponíamos entonces era una huelga el día 28 de paros parciales por turno y el 29 y el 30 huelgas de 24 horas. Otros sindicaos veían esto como muy fuerte y proponían que las movilizaciones sumasen una sola jornada, con paros de dos o de tres horas diarias. Esto fue todo muy rápido: ese viernes ya convocamos una asamblea general para el jueves siguiente, rompimos todas la relaciones con la empresa, todas las comisiones derivadas del convenio, todo lo que se estaba negociando porque es un convenio para cuatro años que tiene muchas comisiones abiertas de negociación, de productividad, etc, y dimos al traste con todas. Empezamos a programar reuniones, se convocó al comité de empresa y se fueron concretando las medidas de esta gente, en lo que afectaban. Antes de ir a la asamblea del jueves 17 llevábamos una propuesta común los sindicatos Solidaridad Obrera, Sindicato de Conductores y la UGT, que eran huelgas de 24 horas el 28, 29 y 30, y Comisiones Obreras y el Sindicato Libre sólo apoyaban el día 28, así que fuimos a la asamblea con una postura unánime para el 28 y una postura mayoritaria para el 29 y 30. En la asamblea que hubo por la mañana, el Secretario General de Comisiones de Metro dice que si el día 28 en la Asamblea de Madrid nos revientan la legalidad, el convenio, porque es el 28 el día en que nos aprueban el Real Decreto, era tontería respetar la legalidad el 29 y 30. Entonces nosotros y el Sindicato de Conductores nos sumamos a su propuesta , UGT no, UGT dijo que el día 28 nos saltábamos los mínimos, pero al final retiró su propuesta cuando ya estábamos para votar, y al salir de la asamblea de la mañana, una asamblea bastante escasa, sólo éramos 325 trabajadores más o menos, hubo una propuesta que tuvo el respaldo unánime de todos los asistentes. Ya por la tarde hubo una asamblea más nutrida y desde el principio se aprobó la propuesta de por la mañana y ya fue más enriquecedora la discusión, porque al principio muchos trabajadores hablaban de lo significa el paro sin servicios mínimos, de las consecuencias, pero fue muy pedagógica, porque los que al principio decían que iba a haber despidos, que tendríamos rehenes, que ya sabemos cómo funciona esto, salían diciendo “venga, vamos a por todas, se demuestra que vamos todos los trabajadores juntos” y lo primero que hicimos fue la concentración para el día 24, que ya la teníamos legalizada, aunque sólo por Solidaridad Obrera… ya veremos cómo terminamos, y cómo terminará Delegación del Gobierno con nosotros… ya la de mañana ya está legalizada por todos los sindicatos y tendremos menos problemas… A partir de ahí hicimos asambleas en todos los centros de trabajo, asambleas totales, en las que parábamos la producción y asistía todo el mundo , inlcuos gente que no solía venir a las asambleas, mandos intermedios, algunos mandos intermedios bastante altos… en las que se aprobaba unánimemente que vamos a seguir defendiendo el convenio colectivo y la negociación colectiva, porque son derechos fundamentales.

CDM: Lo habéis comentado antes… ¿Qué sucedió exactamente el día 24 en la concentración que se convocó? ¿Creéis que pueden darnos pistas acerca del comportamiento de las fuerzas represivas ante la huelga que se avecina?

Antonio: Convocamos en la asamblea de Madrid, porque presentaban allí la ley, que la estaban redactando y presentaba Izquierda Unida una enmienda. La gente empieza a concentrarse poco antes de las cuatro de la tarde, y todo empieza muy bien, llega mucha gente y no entra en la acera y tiene que invadir la calzada, que ya estaba cortada en la glorieta de Pablo Neruda, previamente acordonada “por seguridad”. Pero ellos entendieron perfectamente que se tenía que invadir la calzada para que entrara la gente, pero sienten eso como una agresión y empiezan a quitar banderas, la pancarta, empujones, pero la gente no se echó para atrás, que fue lo que determinó el encontronazo final… que la gente al ver esa reacción de la policía dijo “no, nos quedamos aquí, hemos venido a protestar y queremos que nos oigan”, porque había mucha gente muy cabreada. Y fue en ese momento de confusión que llevó a la policía hasta la pared de la Asamblea y bueno, luego ya el comité de huelga intentó mediar, y en ese momento la policía decide coger una víctima e intenta coger a un compañero, y el resto de trabajadores lo agarran y lo meten en la masa. En ese momento se para, nos dicen que no podemos avanzar más, empiezan a venir más furgones, y nos dicen que podemos estar ahí pero sin avanzar… os podéis imaginar, el ritmo de la manifestación es mayor, no cargan, se cantan las consignas alegremente… Salió la gente de Izquierda Unida a decir que habían hecho lo que habían podido, el rollo de siempre…

CdM: En eso queríamos profundizar un poco… el tema de fondo es un convenio firmado hace un año ¿qué os comentan los abogados, cómo es de factible lo que quiere hacer la CAM y la enmienda de IU? Y por otro lado, ¿cómo esperáis que os ataquen los medios, con el tema de los sindicalistas insolidarios, etc?

Antonio: Los medios están haciendo un papel muy malo. El jueves pasaron por alto que a un compañero le han abierto la cabeza, cuando ha habido imágenes y se ve perfectamente que ese chico no estaba haciendo nada. Qué podemos decir… de cara a que somos unos insolidarios, ya ha salido Granados a decir sus barrabasadas…

Manuel: En el tema del campo legal, no estamos en ese terreno en este momento. Para nosotros, romper un convenio colectivo es algo completamente ilegal; tenemos convenio colectivo desde el año 62 y ni en el franquismo se metió mano a ningún convenio. Los convenios son las leyes a seguir tanto por la patronal como por los trabajadores durante el tiempo que se ha pactado. Si eso se puede romper desde fuera, estamos en una indefensión tal que no merece la pena ni tener sindicatos ni negociar nada con la empresa, porque para qué sirve, si un día te dicen que tus vacaciones se han acortado a la mitad porque hay un decreto ley que dice… y te fastidias. Nosotros no estamos en pie de guerra no porque nos quiten el 5%, sino porque nos revientan el convenio, y no vamos a permitirlo, ni con el 5%, ni con el 2%, ni con el 0,3%, con nada. El convenio se ha firmado, se ha rubricado, ha salido en el BOCAM, hemos conseguido dos subidas lineales, como si hubieran sido todas porcentuales, nos da igual, el convenio es el convenio y no tiene nadie la capacidad de meterse en él, y no se lo vamos a permitir. No va por la vía legal, porque podríamos ir a un contencioso-administrativo que en el mejor de los casos tardaría 3 años en resolverse, más de lo que dura el convenio, así que no vamos a estar en ese terreno de juego. Que sí, que vamos a poner una denuncia si el día 28 hacen eso, y esa semana se reunirán los abogados y presentarán la mejor denuncia, pero sabemos que en ese terreno juegan los que no están fastidiando y ahí no vamos a jugar.

En cuanto a los medios de comunicación, de momento no se han portado mal… para como se van a portar a partir del martes, cuando nos saltemos los servicios mínimos, ya veremos la verdadera cara de los medios de comunicación. No esperamos que ninguno de ellos sean al menos cercanos a la neutralidad, sean de PRISA, sean de quien sea; vamos a tener la misma entrega y la misma violencia por parte de Intereconomía, por parte de La Sexta, por parte de El País, o de la Cadena SER. Con eso ya contábamos desde el principio, desde que decidimos plantarles cara se habló en las asambleas… Tienen grabadas las asambleas, tiene grabadas las intervenciones, pero que nos da igual, nosotros vamos a una historia en la que sabemos la fuerza que tenemos y lo que vamos a poner encima de la mesa, y si perdemos… perdidos ya estamos. Si dejamos que nos revienten el convenio, no tenemos nada que hacer, entonces… a lo mejor perdemos la libertad… fusilarnos, no creo que nos fusilen, ya no estamos en esa época, pero más allá de que algunos acabemos en la cárcel y de que haya despidos, ellos sabrán si echan más gasolina al fuego o no… de momento la gente está fuerte, estamos unidos, está todo el mundo detrás y no hay ninguna disensión interna. En los sindicatos que formamos esto, pues hombre, Comisiones y UGT, sus federaciones tienen que estar… habían pedido permiso sus jefes de Madrid para que fueran a la asamblea del martes a las 12 de la mañana… nosotros les hemos advertido que si van, van a cobrar como si fuera de la patronal, porque no es de recibo que esté pasando lo que está pasando y que en Madrid estemos en huelga sólo Metro de Madrid, porque estos sindicatos están demostrando lo que son y que son parte activa del otro lado de la barricada y no les vamos a dejar salir de rositas…

Antonio: … Habiendo vendido ya el sector privado firmando ya con Díaz Ferrán en abril, con la congelación de salarios…

Manuel: … Y en septiembre con la huelga general de un día anunciada con cuatro meses de antelación contra la reforma laboral… reforma que también revienta los convenios. Comisiones y UGT están en la movida y en Metro no tienen vuelta atrás, porque han sido ellos los que han propuesto esto, nos hemos sumado y los trabajadores están por tirar para alante… aunque ellos se echaran para atrás, porque los echasen, que eso a veces pasa, que traen una comisión gestora que firma lo que sea, pero les va a dar igual, porque los trabajadores…

Antonio: … Son los trabajadores los que están marcando la línea. Son los trabajadores los que deciden, a partir de la ruptura de la legalidad, apostar por romper la baraja y es la gente la que coge el mando y el control, la fuerza real de por dónde avanzar. Es muy importante, y además, lo que nos está enseñando a nosotros más, que sean los trabajadores los que están decidiendo, y lo están haciendo y están pidiendo guerra… y se le está dejando bien claro que el derecho que se les está tocando es su derecho fundamental. En el momento en que perdamos este convenio y los derechos sociales, salariales que tenemos, podrán hacer con nosotros lo que quieran. Es como una privatización agresiva por la vía legal.

CDM. Ahora que la huelga es inminente, ¿os consta que la CAM haya intentado hacer alguna maniobra para que el impacto sea más mínimo?

Manuel: El jueves la CAM se movió, el PP, y plantearon una enmienda parcial al decreto, la cual viene a decir que a Metro de Madrid se le aplica la reducción del 5% de todos los conceptos salariales y extrasalariales y abre un camino para que haya una negociación colectiva en la que, o bien se acepte eso, o bien que vayamos a, lo dicen literalmente así: “un acuerdo que deberá suponer una reducción de un 2,15% del Presupuesto de Gastos de Personal de la empresa para el 2010”. Eso viene a ser el equivalente al montante del 5% sobre tablas salariales, pero encima quieren que se lo acordemos… y mira, nosotros no estamos ni por el 2,15, aunque fuera una reducción del 5 al 2,155, que no es, ni aunque fuera al 0,15, no le vamos a acordar nada, no vamos a mover ni una sola palabra del convenio colectivo. Ha habido muchas presiones, reuniones de las que terminan diciendo que nunca han existido, la dirección de la empresa se ha reunido con CC.OO, UGT y Sindicato de Conductores, y les han dicho que van a probar esta enmienda si cumplimos los servicios mínimos el 29 y el 30. Sin ese compromiso ya lo han aprobad y ha salido en El País diciendo que reculaban, pero no reculan para nada. Recularán si admiten una enmienda en la que digan que desaparece ese artículo. El PSOE ha presentado enmiendas en las que desaparecen artículos, así que están a tiempo de quitarlo, y es el 28 cuando se aprueba. Que no lo quieren quitar, pues estaremos en un conflicto importante, que a ver cómo salimos de él, porque a ver con quién vamos a firmar algo, a quién le reconocemos la legitimidad para firmar algo que no se meta en nuestro convenio, pero bueno, en esas estamos.

CdM: Con el tema de las huelgas en el sector público y en transportes está habiendo un problema gordo que son los servicios mínimos que siempre se plantean

Manuel: Los servicios mínimos son lo contrario que el derecho a huelga. En el metro se combatieron en su tiempo, en los años 80, nos los saltamos y nos amenazaron con aprobarla ley de huelga, que al final no se atrevieron, pero a partir del 91 no nos los hemos saltado, porque los trabajadores interiorizan la porquería que te meten todos los días… Las huelgas con servicios mínimos no tienen impacto alguno sobre la sociedad. Una huelga en metro sin servicios mínimos, en la que tengamos todos derecho a huelga… porque no es un medio esencial, hay otros medios de transporte en superficie… pues revienta Madrid, hace de Madrid un aparcamiento, que no se puede circular. Eso lo saben ellos y lo sabemos nosotros. La cuestión es que seamos capaces de llevarlo a cabo. Ahora mismo la agresión es de tal calado que todo el mundo ha dicho, venga, vamos, pero eso no es lo habitual, es muy dificil solo teorizar sobre que hay que saltarse los servicios mínimos.

Recetario para terminar (o reimpulsar) la huelga de Metro

Publicado: junio 30, 2010 de observatoriometropolitanomadrid en Opinión

En sólo dos días, apenas 48 horas, Madrid se ha visto paralizada por una
huelga de transportes que ya no se recordaba desde los años noventa. Ni
servicios mínimos, ni concensiones a la empresa, ni las típicas
vacilaciones de los mandarines sindicales, sencillamente paro total, y
quienes acostumbraban a usar el Metro ¡a buscarse otra alternativa!
Pillados por sorpresa, la maquinaria política y la mayor parte de los
medios de comunicación no han tenido casi tiempo para reaccionar, pero ya
han puesto en marcha el típico estribillo: “es una huelga insolidaria,
corporativa, ilegal, política, promovida por sindicalistas sinvergüenzas e
irresponsables” dicen.  Pero para entender bien lo que suceda en las
próximas horas habrá que tener bien en cuenta lo que se quiere señalar con
cada uno de estos lindos epítetos:

“Insolidaria” dice el Sr. José Ignacio Echeverría, Consejero de
Transportes de la Comunidad de Madrid. Sí, en efecto, lo es. La huelga
afecta más y primero a aquéllos y aquéllas que no tienen medio de
transporte privado, que dependen casi exclusivamente del Metro y que han
tenido que añadir en ocasiones una hora más de ida y vuelta a sus casas.
Pero aquí es también preciso reconocer que la insolidaridad camina en
ambas partes. ¿Quien se ha preocupado alguna vez por los problemas
laborales de los trabajadores del Metro, por cómo se “fabrica” un servicio
que se presta a diario a millones de personas? ¿Por qué entonces tendrían
que preocuparse estos trabajadores y trabajadoras de los usuarios del
suburbano? Hay quien podrá decir «que los arrasen, que los expedienten,
despidan y pongan en la piqueta, para que todo vuelva a como antes», esto
es, a las dos horas justas que de media diaria pasan de los trabajadores
madrileños de camino de ida y vuelta a unos trabajos mal pagados (más de
la mitad mileuristas o menos) y que en muchos casos sobrepasan de largo
las 40 horas semanales.
Enfadarse por el engorro de perder algo más de tiempo en medios de
transporte, es completamente justo, pero quizás el cabreo que importa de
veras sea otro: el que produce el miedo y el chantaje a ser despedido en
tiempos de crisis, el que proviene del multiempleo, la
infrerrremuneración y la precariedad. Eso sí que son motivos. Por no
mencionar años de malas prácticas urbanas que han llevado a bascular aún
más los puestos de trabajo hacia el norte de Madrid (ahí están las
ciudades empresa de las grandes corporaciones del Ibex 35 como Telefónica
o Santander), al tiempo que la brecha de renta desplazaba cada vez más a
los trabajadores pobres hacia el sur de la región. Todo un logro en
términos de eficiencia de transporte que lleva a más de un millón de
trabajadores a desplazarse diariamente a más de 20 km. de distancia de
sus casas, muchos de ellos en Metro.
Por otra parte, en favor de los trabajadores del subterráneo habrá que
decir que son los únicos que en los últimos años se han preocupado por la
calidad del servicio, denunciado reiteradamente la reducción de costes de
mantenimiento que acompaña a los planes encubiertos de privatización y
que producen los ya conocidos retrasos que antes no se producían y que
seguramente sumarán más horas laborales pérdidas este año que la propia
huelga de metro.

“Ilegal” denuncia, de nuevo, el Consejero. Sí también es cierto, pero de
quién ¿de quién no respeta un convenio firmado? ¿O de unos trabajadores
que deciden olvidarse del eufemismo de los servicios mínimos? Y de otro
lado ¿de qué legalidad se habla? ¿La de una legislación que proscribe por
vía normativa el derecho de huelga o que únicamente permite paros que no
paran nada? Acostumbrados a la permanente corrupción de la clase política
(la misma que legisla), poco o nada nos debería costar distinguir entre
legalidad y legitimidad. La cuestión es únicamente si son o no legítimos
los paros. Y esto es tan sencillo cómo que quien trabaja deja de hacerlo
asumiendo todas las consecuencias. Se trata de una pura relación de
fuerzas, que cada cual se decante cómo buenamente quiera.

“Sindicalismo irresponsable y salvaje” o bien “corrupto y sinverguenza”.
¿En qué quedamos? Podría decirse, efectivamente, que los sindicatos
mayoritarios son los principales interesados en la tranquilidad y la
responsabilidad sindical, arropados en la comodidad de la subvención y de
la carrera del “liberado”, por eso los mensajes contradictorias y el
permanente “no decir nada” frente a la crisis. Pero estos sindicatos son
minoritarios en Metro al lado de las uniones de conductores, taquilleras y
Solidaridad Obrera. Y lo que es más importante, ha sido la asamblea,
formada por la mayoría de los trabajadores, la que ha decidido por
unanimidad ir a la huelga: democracia impecable. No es una huelga de los
sindicatos, es una huelga de los trabajadores. Sutil y gran diferencia.

“Corporativa”. Sí también claro, ya no hay solidaridad «de clase», pasaron
los tiempos de las huelgas en mancha de aceite y la banderas comunes. La
huelga viene provocada precisamente por una revocación “ilegal” de un
convenio ya firmado y una disminución salarial unilateral. ¿Es qué acaso
la crisis se soluciona vía reducción de sueldos de trabajadores o
trabajadoras que ganan entre 1000 y 1500 euros por dejarse ocho horas
diarias bajo tierra y en un trabajo repetitivo y monótono? ¿Es que es
preciso “disciplinar” y “amarrar” bien a los currelas para qué otros,
encorbatados, arropados bajo el sacrosanto nombre del “inversor”, que
ganan 10 veces esa cantidad en un sólo día puedan seguir haciéndolo
especulando con el dinero de todos (ya sea en forma de bonos de deuda
pública o de fondos de pensiones)? ¿O bien se trata de congraciar a los
“mercados” (entiéndase inversores, entiéndase especuladores) con una clase
política, mediocre y corrupta, incapaz de más imaginación que la de
responder obedientemente con rescates billonarios a bancos y empresas, de
un lado, y con recortes sociales y salariales, de otro?

“Política”. Pero política contra quién, ¿contra el PSOE en el gobierno que
ordena el Decretazo? ¿O contra la Comunidad de Madrid que participa la
empresa? Si por política se entiende lo que viene siendo habitual en la
esfera mediática (el posicionamiento en la aburrida e intrascendente lucha
partidista) esta sería sin duda la más antipolítica  de las huelgas
políticas (en tanto dirigida contra el conjunto de la clase política).
Pero si por política se entiende lo que se debiera (la gestión y decisión
sobre lo común), está huelga, siendo en principio apolítica, apuntaría en
una posible dirección irremediablemente política. Rechazando con todas sus
fuerzas la bajada salarial y aprovechando su posición de fuerza en el
transporte metropolitano, los trabajadores y trabajadoras de Metro han
señalado un camino posible de intolerencia de masas contra una clase
política y empresarial que sólo obedece a las consignas de “socialización
de pérdidas” y “privatización de las ganancias”. En este sentido, esta
huelga no sólo es política, sino que es la primera acción de protesta
real y efectiva contra la crisis. Sólo queda seguir ejemplo.

Seguimiento minuto a minuto de la huelga

Publicado: junio 29, 2010 de panzer09 en Convocatorias, Noticias

La asamblea de trabajadores ha ratificado en la noche de ayer lunes, la decisión de continuar con la Huelga pasando a ser TOTAL. Únicamente acudirán a sus puestos de trabajo los que se dediquen a labores de mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias de METRO, no prestándose ningún tipo de servicios a viajeros

Éxito absoluto del paro total convocado por los cinco sindicatos de metro, ante la negativa de la Comunidad de Madrid a retirar el decreto que aplica el recorte del 5% y que, de facto, supone la revisión del convenio colectivo de Metro.

Sólo dos trenes han salido en toda la mañana de las estaciones de Metro de Madrid. Los piquetes del primer turno se han desplegado en todas las cabeceras y la jornada de huelga total avanza sin incidentes. Adelante!

La página web del Sindicato de Metro  Solidaridad Obrera ha abierto un espacio para seguir minuto a minuto la huelga de Metro, podeis ver todo  en este enlace. Esperamos que os pueda servir de información.

Lo que está en juego con esta huelga

Publicado: junio 29, 2010 de panzer09 en Materiales, Noticias, Opinión, Propuestas

Podría parecernos, como usuarios y usuarias del Metro que estas huelgas que han empezado estos días tienen poco que ver con nosotros. Nada más lejos de la realidad. La huelga del Metro es una de las primeras muestras de que las medidas que se nos imponen con la excusa de la crisis (merma de derechos, de salarios) no son inevitables.  Pero la pregunta es ¿por qué bajar los salarios de los trabajadores si ha habido dinero suficiente para regalar miles de millones a los bancos?¿Por qué no obligar a los gestores del capitalismo financiero a pagar la crisis si son, junto a la clase política, sus verdaderos culpables?¿Por qué las grandes multinacionales siguen ganando cifras astronómicas y son los trabajadores y trabajadoras las que tienen que pagar los ajustes económicos?

Madrid es una ciudad donde las grandes fortunas campan a sus anchas y donde se han hecho grandes fortunas a costa de sueldos y condiciones de trabajo miserables. Si cuando los beneficios eran exorbitantes no repartieron el pastel, ¿por qué debemos arrimar el hombro y hacernos cargo de sus miseria? Los trabajadores y trabajadoras del Metro han dicho ¡basta ya! Por ell@s, que por tener fuerzas sindicales organizadas han podido decir que no a su patronal y por otros muchos trabajadores y trabajadoras precarias que están siendo arrasadas por el despotismo de sus empresas (despidos, bajadas de salarios, contratación precaria, etc.)

Por este motivo la huelga del Metro es una batalla de todos y todas para que la crisis no sea la excusa para que mermen nuestros derechos, nos bajen los salarios, privaticen nuestra sanidad o la educación, amplien la edad de jubilación o no se respeten los derechos de todos y todas.

La evidencia es que aquellos y aquellas que luchen tendrán una oportunidad de ganar, pero todos aquellos que se resignen ante el destino que nos quiere imponer la clase política ya han perdido.